

El regreso de lo auténtico
Al otro lado del estero, en Concepción de Yaguareté Corá, se respira cultura ibereña en cada esquina.
Quizás sea por sus cuatro museos, y porque cada mes de mayo este pueblo aglutina a gauchos procedentes de toda la provincia que reivindican sus tradiciones en la Fiesta del Peón Rural, dejando su impronta hasta el año siguiente.
Tras visitar el Centro de Interpretación del Iberá, me dirijo en camioneta al Puesto Felipe, ya cerca del arroyo Carambola. Allí, Mingo, el canoero, me transporta al pasado en cuanto me subo a su embarcación. No hay ningún otro lugar del Iberá que ofrezca este atractivo: entre paredes de juncos y veredas flotantes de camalotes en flor, el caballo arrastra sobre el agua la canoa hasta que, llegado el momento, nada a su lado, mientras Mingo propulsa la embarcación con el botador de tacuara. La travesía concluye en un sobrio pero acogedor refugio construido con piríes, al más puro estilo tradicional. Ahí, los viajeros almuerzan e incluso, si lo desean, pueden pernoctar para sentir la sensación de formar parte del Iberá más salvaje.